|
EL LOBO QUE SE HIZO
JUSTICIA Por Leonardo da Vinci
Una noche oscura y quieta, solitaria y fría, el lobo
salió del bosque atraído por cierto olorcillo delicioso. Mientras caminaba con toda cautela, se dijo:
-
Diantresl Eso que percibo no puede ser sino aroma
de rebaño. ¡Pues no sé yo nada de estas cosas!
Y siguió adelante con sigiloso cuidado para no mover
ni una brizna de hierba, a fuerza de medir cada uno de sus pasos. Antes de
posar sus patas lo pensaba bastante, ya que el menor ruido podía
despertar al perrazo que cuidaba del rebaño.
A
pesar de tanta precaución, izas!, pisó una tabla; ésta se movió y más
allá ladró el perro.
El
lobo se vio en la necesidad de alejarse. Por esta vez se había quedado
sin banquete. Entonces, severo consigo mismo, levantó una pata, la
culpable del desaguisado y se mordió hasta hacerse sangre.
Entrada a la sección de los más jóvenes Entrada a Literatura infantil y juvenil
Si quiere enviar un mensaje recomendando estas páginas, pulse AQUÍ |
|||||||