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PLEGARIA
DE UNA MADRE
Con
la Salve marinera
quería
empezar a hablarte,
no
puedo hacerlo aunque quiera
pues
seco estoy de llorar
y
aún más seco de rezarte.
Mi
hijo ya no regresa,
desespero
al esperarle.
Como
madre fuiste presa
del
dolor, perder a Tu Hijo
y
no poder abrazarle.
Dile
al mar que me lo dé
pues
ya me robó a su padre.
Antonio Yanes
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"Antes
que la luz de la alborada, tú, María"
Libros
de Emma-Margarita R. A.-Valdés
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